A propósito de la comunidad política por Francisco Castro Merrifield
Para abordar la comunidad política debemos realizar algunas preguntas básicas sobre algo que algunos consideran anterior a las instituciones legales o políticas y que otros ven como resultado de nuestras instituciones políticas y legales particulares. Entre las preguntas que se suscitan al respecto debemos considerar, ¿cuál es el tamaño y la base apropiada de la comunidad política?, ¿debemos estar juntos en una comunidad política porque compartimos una región geográfica, una religión, una tradición cultural, un conjunto de valores o incluso un planeta?, ¿debemos permitirnos cambiar o elegir la comunidad política de la que formamos parte? Si es así, ¿con qué facilidad?, ¿debemos tener lo que se llama fronteras abiertas?, ¿cuál es el valor de la comunidad política?, ¿cuál es la relación entre la comunidad y la autonomía, particularmente la autonomía individual?, ¿quién debe tener voz en cómo se define la comunidad y cómo se gobierna la comunidad? Todas estas son preguntas dignas de ser