CONFERENCIA: PARTIDOS POLÍTICOS Y PROSPECTIVA ELECTORAL RUMBO AL 2011 Y 2012 EN EL ESTADO DE MÉXICO. Por Gerardo Trejo
El 3 de Julio del año 2011 se vivirá una de las elecciones claves para el futuro electoral de México. Se elegirá al sucesor de uno de los aspirantes más fuertes a contender por la Presidencia de la República en el año 2012. Esto le refiere de manera natural, como un proceso político estratégico para la definición de las posibilidades, no solo sobre quien gobierne el país en los próximos años, sino la consolidación de un proyecto que por décadas a marcado una clara intención de alinear a México en la política económica y social de dominación y de consolidación de enclaves ejes del capitalismo y la globalización mundial. Dejando de lado toda intención de procurar un proyecto con características de amplias políticas públicas en materia de desarrollo social y sustentable.
Esta elección tiene como principal punto de entendimiento para su análisis, el planteamiento de una estructura de operación como factor decisivo y clave en la consecución de las aspiraciones y de las probabilidades exitosas de la acción, para cada uno de los actores involucrados. Estructura no sólo de militancia y de simpatizantes dispuestos a sumar esfuerzos a favor de cada actor político; sino la formación de un andamiaje compuesto por personas, instituciones e intermediarios de conducción de las conciencias sociales a favor de aspirantes y proyectos específicos. Tomando en cuenta que la acción social y política de conducción de las conciencias sociales, no necesariamente tiene que pasar por las reglas aprobadas en el juego electoral mexicano.
Si bien el sistema electoral en México ha venido recibiendo cambios profundos en su legislación y en su dinamismo operativo e institucional, abocados a garantizar mayor equidad en las contiendas por los diversos espacios de poder público, es también innegable que persiste de manera muy arraigada el viejo sistema de vicios contraculturales a una política democrática que realmente refleje la voluntad de las mayorías, las garantías para el cumplimiento de las propuestas de campaña de los candidatos y la consolidación de un verdadero sistema de representación política; basado en la integración del ciudadano como actor participativo en la formulación de las decisiones públicas.
Este sistema de vicios permea en la incapacidad de la sociedad en construir parámetros e indicadores eficientes de valoración sobre el actuar político de los actores, las instituciones y, por ende, de los propios partidos políticos que participan en los procesos electorales. Por tanto, se genera la dependencia de intermediarios para asumir una decisión sobre por quien votar o, en caso extremo y a todas luces mayoritario, no ejercer este derecho esencial, ante la decepción, la falta de credibilidad y el descontento social; de ahí la efervescencia del abstencionismo electoral u otras formas alternativas de manifestación de la inconformidad por parte de ciertos sectores.
Por otra parte, nos refleja con claridad el reto que se presenta para aquellos actores políticos que son parte de la competencia por el poder político, al requerir determinar sólidamente la construcción de una o varias estructuras de operación política que coadyuven seriamente al trabajo electoral en todas sus facetas y en todas las estrategias posibles para la obtención del triunfo en las urnas, o inclusive fuera de ellas, tal cual funciona en la realidad el sistema electoral en México.
Particularmente cuando en el espacio de trabajo de esas estructuras, operan factores de poder sumamente influyentes, como lo son los de carácter económico, organizativo y de gran influencia pública; especialmente los medios de comunicación.
Ejemplo de ello, es que en estos medios es donde se encuentra la apuesta de dos de los aspirantes más referidos a la Presidencia de la República, como son: Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard Casaubón. Quienes han apostado a dirigir un gran esfuerzo de sus estrategias al manejo cotidiano de los medios y de cuidado en su vida pública.
En case contrario, cabría hacer referencia que Andrés Manuel López Obrador, es un actor político que ha entendido bien el problema de la estructura de vinculación ciudadana y operación político – electoral, y después de la elección del 2006, se ha dado a la tarea de consolidar una estructura afín a sus aspiraciones.
Esta situación sostiene la hipótesis que enuncia sobre la condición de que aquel proyecto político que habrá de ganar las elecciones de gobernador del año 2011, y coadyuvará en gran medida al triunfo electoral en el año 2012, depende directamente del armado de una estructura o varias estructuras de operación política, principalmente territorial, bien consolidadas, basadas en un esquema bien organizativo y de responsabilidades, de jerarquías definidas, disciplina partidista (mas no de grupo) y operación homogénea. En este tenor, el único partido que realmente demuestra esta condición es el PRI, inclusive en una tendencia de años en su alianza estratégica con el PVEM; caso contrario el resto de los partidos demuestran mayor dispersión y movilidad al respecto; lo que equivale al entendimiento de que los intereses grupales, que parten de los mismos órganos internos, fragmentan y diluyen posibilidades de alianzas estratégicas estructurales, más que coyunturales.
Diagnóstico y caracterización electoral.
Aunado a lo anterior, es fundamental entender la trascendencia estratégica que tiene el Estado de México para el sistema electoral mexicano, ya que tiene una población de 14,007,495 habitantes, y su último corte de padrón electoral agrupa a 10,015,979 electores, lo que representa que el Estado de México ostente por sí solo el 13.56% del total de la población del país, y lo haga uno de los estados de la república con mayor cantidad de electores. Inclusive su padrón electoral es más alto que el de países centroamericanos como: Costa Rica con 2,738,542; Guatemala con 6,036,812, Honduras con 3,976,550, Nicaragua con 3,863,837 y Panamá con 1,999,553 electores.
No obstante es una entidad cuyo rango de participación ciudadana promedio en las elecciones es menor al 50%, lo cual arroja un estimado que va entre el 42% y 45% de participación ciudadana y el 57% y 60% de abstencionismo, producto de múltiples fenómenos que no son propios del estado; sino del sistema electoral mexicano en su conjunto.
Cuenta con 45 distrito electorales locales, lo cual equivale a que en el Congreso Estatal se tengan 45 Diputados de Mayoría (electos de manera directa), más 30 asignados por representación proporcional (listas de asignación por porcentaje de votos obtenidos); dando un total de 75 curules designadas en el Congreso del Estado de México.
En materia municipal se constituye por la agrupación de 125 municipios, aunque en términos poblacionales y estratégicos solo 10 de ellos tienen en sus territorios al 53.40% de la población total del estado; es decir solo 10 de 125 municipios concentran poco más de la mitad de los habitantes del Estado de México, mismos que se ubican en su mayoría dentro de la franja metropolitana junto con la Ciudad de México, adquiriendo de manera natural por ello una condición estratégica y prioritaria para quien aspire ganar la Gubernatura y la Presidencia de la República.
El resto de los 115 municipios tiene el 46.60% de la población, quedando a la vista un estado con una deficiente política de planificación y distribución demográfica.
Lo anterior nos demuestra una franja clave en la definición de la estrategia de alianzas políticas y sociales, en especial por parte del Gobernador de Estado de México, quien expone una clara tendencia a buscar en todo momento la reactivación de una lógica corporativa y de fortalecimiento a organizaciones afines para usarlas de enclave de operación en el proceso electoral. De ahí se ve que en la franja antes mencionada se vislumbre una serie de acciones gubernamentales y de políticas públicas que van principalmente orientadas a fortalecer estos esquemas organizativos, aún y cuando algunas de esas decisiones no tengan un impacto real en el cambio de vida de la población que ahí habita y que fluctúa entre el Estado de México y la Ciudad de México. Claro ésta que los medios de comunicación masiva son quienes se encargan de enarbolar esa labor y vender el producto con base en los cánones de la mercadotecnia política.
Y en éste mismo sentido, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, ha tratado de impulsar políticas públicas orientadas a tratar de beneficiar a los habitantes de esa misma franja, en función de ganar adeptos que le permitan insertarse plenamente en el escenario del Estado de México. Sólo que la única diferencia, aunque trascendental, que se vislumbra con la estrategia del Gobernador del Estado de México, es que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no ha podido consolidar un apoyo organizativo, y hasta corporativo, que le coadyuve a operar plenamente los trabajos que realiza con el fin de posicionarse en esa franja estratégica.
Por otra parte, el análisis de los datos históricos cuantitativos y de votación, nos arroja un comportamiento interesante sobre el cruce de preferencias en diferentes tipos de elecciones, y demuestran claramente que la intención del voto en el estado se maneja conforme a fenómenos y coyunturas específicas. Es decir, la influencia de intermediarios sobre la conducción del voto es eficiente en la medida en que la coyuntura sea favorable para una causa específica, para ello basta con ver en primera instancia las tendencias históricas del voto que se ubican en la elección de Presiente de la República:
Estos datos nos ejemplifican coyunturas de comportamiento de votación, en casos específicos. Por ejemplo: en 1994 se presentó la coyuntura clave del asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la Presidencia de la República y se puede observar que existe una clara ventaja en el triunfo que obtuvo dicho partido con respecto a los dos contrincantes más fuertes PAN y PRD, en el 2000 la línea de tendencia cambia cuando el fenómeno y la expectativa que causo Vicente Fox propicio el triunfo del PAN en el estado; situación muy similar a la expectativa que tuvo Andrés Manuel López Obrador, quien en el 2006 logró ganar la elección en el estado, a causa de la gran expectativa que generó en amplios sectores sociales. Para ello, se toma en cuenta que los distintos triunfadores, a excepción de 1994, fueron parte de una alianza estratégica de partidos políticos.
Esto nos refleja que si la tendencia continua rumbo a la elección del 2012, la figura y la expectativa que le han generado al actual gobernador del Estado de México, puede devenir en un triunfo contundente de este aspirante en el Estado, y ello puede potenciar una caída en cascada de votos a favor del PRI y la posible alianza que se vislumbra para el 2012, por lo menos con su aliado histórico el Partido Verde.
Esta situación llevaría a reafirmar que el PRI ganaría nuevamente el Gobierno del Estado, ya que cuando se revisa el histórico de votación de la elección de gobernador, se vislumbra una línea de triunfo sin derrota por parte del PRI y sus aliados coyunturales. A diferencia de la elección de Presidente de la República, la elección de gobernador siempre ha tenido una tendencia de triunfo a favor del PRI.
En términos generales el Partido Revolucionario Institucional ha venido consolidando en los últimos años una estructura de operación electoral, en diversas facetas (coacción y cooptación del voto, promoción del voto y defensa del voto); en aras del entendimiento que éste partido ha tenido para allegarse de operadores territoriales que e permitan tener un contacto más cercano con la gente, y con ello, tratar de cerrar la pinza y consolidar las preferencias electorales, seducidas por la labor permanente de los medio de comunicación oficiales; quienes a todas luces han construido una cápsula de hierro, impenetrable para dañar la figura e imagen del partido y su candidato a la presidencia, por ende, en la lógica del fenómeno de apropiación, la de los candidatos que se alinean a dicha figura, como la de quien habrá de ser su sucesor en la elección del estado de México por su propio partido.
Aquí habría que enfatizar que la cápsula de protección que le han construido los medios de comunicación, finalmente rompe con las aparentes bondades que habría de otorgarle al sistema electoral mexicano, la última reforma electoral; debido a que en teoría, no podría haber promoción alguna de los actuales gobernantes y ningún tipo de posicionamiento usando el cargo a su favor. Ahí mismo, es donde se han encontrado lagunas jurídicas que bien han sabido aprovechar sus allegados.
Identificación de Actores y Correlación de Fuerzas Electorales.
A partir de ello, es fundamental ubicar a los participantes en el tablero del ajedrez electoral, y potenciar un entendimiento de las probabilidades de comportamiento de cada uno ante las posibilidades de obtención del triunfo, e inclusive, de consolidarse como una oposición fuerte en el estado para incidir verdaderamente en los espacios de poder público.
En consecuencia se traspasa el análisis al entendimiento del esquema de alianzas político electorales que vislumbran una línea estructural y de tiempo largo rumbo a los procesos electorales de 2011 y 2012.
Matriz de Alianzas Electorales.
Análisis de Resultados de la Matriz.
La apuesta principal del PRI es mantener en su poder la Gubernatura del Estado de México, que le permita a Enrique Peña Nieto fortalecer sus aspiraciones presidenciales en el 2012, para ello requiere el control de su estado. No pretende ser oposición en el Congreso, sino mantener la mayoría en la Cámara Local para potenciar las estrategias del actual Gobernador en sus aspiraciones presidenciales. Los principales Aliados del PRI propensos para la elección de gobernador en el 2011 son el PVEM y el PANAL.
Aspira a ganar la gubernatura del Estado de México, no obstante no cuenta con un liderazgo político fuerte y bien posicionado capaz de brindarle la posibilidad e ganar por su propia cuanta la gubernatura del estado, por ello requiere buscar alianzas políticas con otros partidos, aunque como fuerza propia tiene dificultad de establecer alianzas, debido a que a minimizado su capacidad de generar confianza en otros partidos políticos, principalmente pequeños. En gran parte por la posición y la actuación que ha venido manejando el Gobierno federal en diferentes frentes públicos. En el caso de ésta elección tendría que buscar la posibilidad de que el PRD sea el conducto de intermediación con partidos como Convergencia, e inclusive el PT, para poder generar una alianza con posibilidades de competir electoralmente.
Tiene el objetivo de ser competitivo para tratar de ganar la elección de gobernador. Cuenta con pocas posibilidades de triunfo, aún y cuando tiene liderazgos posicionados en sus filas políticas, como lo son Yaidckol Polevnsky y Alejandro Encinas Rodríguez, con mayores posibilidades éste último. No obstante, es un partido que se ha fragmentado en términos de grupos, lo cual enaltece las aspiraciones de otros liderazgos que, aunque son fuertes al interior del PRD, no cuentan con el posicionamiento social tan arraigado para convertirse en una opción de peso. A esto se suma la pérdida de municipios importantes que se encontraban en su poder, como lo son el caso de Ecatepec y Netzahualcóyotl, los dos municipios más grandes del país. En la lógica de oposición, puede aspirar a tratar de construir una oposición de contrapeso en el Congreso Local, inclusive siendo la tercera fuerza y buscando consolidarse como un partido "bisagra" que le brinde la condición de fiel de la balanza. Este estado es crucial en peso de las aspiraciones de quien vaya a ser su candidato a la Presidencia, sea Marcelo Ebrard o Andrés Manuel López Obrador, por tanto cualquiera de ellos requieren operar políticamente en éste estado para minimizar la capacidad operativa del PRI y Enrique Peña Nieto, si es que en verdad aspiran a revertir la intencionalidad de voto marcada hasta el momento. Asimismo, requiere reforzar la relación con sus aliados históricos del PT y Convergencia, y parece que buscará una alianza estratégica con el PAN para, cuantitativamente, nivelar condiciones en contra del PRI, y requiere negociar el encabezar la candidatura en canje a otro estado con el PAN. Sólo una operación política del actual Jefe de Gobierno del DF podría jalar a una alianza al Partido Nueva Alianza de Elba Esther Gordillo, tal y como ha sostenido alianzas coyunturales en procesos específicos al interior de la Ciudad de México; en casos específicos como los de Iztapalapa.
Escenario:
Posible
- El Partido Revolucionario Institucional, en posible alianza con el Partido Verde y Nueva Alianza, gana la gubernatura del Estado de México.
- Esta coalición consolida su mayoría en el Congreso Estatal, tal cual ocurrió en la elección del 2009.
- Enrique Peña nieto se consolida como el candidato natural del PRI rumbo a la elección de Presidente de la República en el año 2012.
- Enrique Peña Nieto y el PRI logran afianzar una estructura de operación político – electoral, para la promoción, persuasión, coacción y cooptación del voto. A llo logra sumar estructuras independientes de la sociedad civil y otros tipos de corporativos, inclusive algunos de otros partidos políticos, que le dan la posibilidad de negociar voluntades y canalizar recursos. Tomando en cuenta que es indispensable que tenga el control de su estado para obtener el triunfo.
- El PAN se mantiene como segunda fuerza política en el Estado, y su mayor influencia la logra tener en el Congreso Local, aunque con una fuerza minimizada.
- El PRD se sostiene en una tercera fuerza, aunque con la amenaza de alcance por parte del Partido Verde, ya que su negociación y alianza con el PRI le dan la posibilidad de crecer en escaños de poder, inclusive al interior del Congreso. No obstante es insuficiente para desbancar al PRD como tercera fuerza, y este, tendrá que buscar la consolidación de fuerza con sus aliados históricos, para ser un contrapeso al interior del congreso local.
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