PONENCIA EN SEMINARIO: QUE HACER CON EL TLCAN? 29 DE MARZO DE 2017
La
renegociación del TLCAN y la Reforma Energética en México en el contexto de la
definición de un Nuevo Orden Mundial. *
El ascenso al poder en
los Estados Unidos de América del empresario Donald J. Trump, enfatizó un
escenario de recomposición en el orden mundial existente. Un proceso de
reconfiguración del “aliancismo” político y económico a nivel mundial que ya de
por sí venía en proceso, en mucho, por el reposicionamiento de Rusia como potencia
mundial y, sin lugar a dudas, la consolidación de China como el polo económico
de mayor crecimiento, quien representa el contrapeso natural a las potencias de
occidente dentro del modelo globalizado impulsado por Washington y sus países
aliados.
Con la llegada de Donald
J. Trump a la Casa Blanca se intensifica una política de cambios a nivel
internacional, derivado de las posturas en materia de política exterior manifestadas
desde la campaña electoral y las cuales ha ido definiendo a través de sus acciones
y sus posiciones políticas expresadas a través de diferentes medios de
comunicación, declaraciones y foros de encuentro internacional.
Desde los primeros días
de su mandato, ha tomado posturas radicalmente opuestas sobre diversos temas a
las de su antecesor Barack Obama; ejemplo de ello son las acciones que ha
impulsado en materia de salud, de migración, de política interior en el rubro
energético y de relaciones comerciales, en las cuales ha asumido posiciones muy
claras respecto a la salida de tratados comerciales como el Acuerdo
Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) y la
renegociación del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El arribo de Trump al
poder determinó una postura proteccionista y nacionalista ante la política
exterior del país norteamericano; lo cual, lleva implícita la defensa de
intereses muy claros relacionados con tratar de mantener la hegemonía de Estados
Unidos en el contexto del concierto de las naciones; así como de los grupos de
poder económicos y financieros que han encontrado en las bondades del
neoliberalismo y la globalización el espacio de control de los procesos
económicos a nivel internacional; incluyendo su capacidad de incidencia en las
decisiones estratégicas de los Estados nación.
De ésta manera queda muy
claro que la configuración del nuevo orden mundial actualmente, se determina a
partir de dos procesos estratégicos: 1. La definición de grandes bloques de
interés económicos, alineados primordialmente en el desarrollo de nichos de
oportunidad para el impulso de procesos económicos, financieros y comerciales y
2. El control de los centros de producción y abastecimiento de energéticos en
el mundo.
Por ende, la movilidad y
el surgimiento de tratados y acuerdos comerciales en diversas latitudes en el
mundo, conllevan un realineamiento político que atisba un futuro de mayores
equilibrios y contrapesos a la hegemonía que venía teniendo occidente desde el
final de la segunda guerra mundial.
En el marco de este
contexto se presenta la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte, fundamentalmente producto de la postura asumida por el gobierno de Donald
J. Trump con respecto a este tratado comercial, quien aprovechando el descontento
provocado por la pérdida de empleos en el sector manufacturero de Estados
Unidos, una de las más frecuentes promesas de campaña fue la renegociación del
tratado.
Argumentando pérdidas
para Estados Unidos y mayores beneficios para los otros dos países del tratado,
en especial para México, Trump lanza un llamado a emprender una nueva
negociación que modifique las reglas del juego comercial de una de las regiones
económicas más grandes del mundo; de lo contrario, de no generarse condiciones
justas en la renegociación, buscar mejor la posibilidad de llevar a cabo
acuerdos bilaterales con Canadá y México.
No obstante, al analizar
las posturas y los lineamientos de la renegociación, asociado con una serie de
reformas que se han venido impulsando, principalmente en México con el gobierno
de Enrique Peña Nieto; se entiende que el planteamiento de la renegociación va
más allá de solo conseguir condiciones de justicia para la clase trabajadora
estadounidense; en el trasfondo se observa el interés de lograr un mayor
control por parte de Estados Unidos de áreas estratégicas prioritarias en el
contexto de la definición del nuevo orden mundial; tal es el caso del
abastecimiento de alimentos, el agua y los recursos energéticos.
En éste último rubro, debemos
partir de la perspectiva que tiene Estados Unidos sobre su férreo interés en
controlar la oferta a los mercados potenciales de demanda energética,
principalmente de Europa, China, India, Pakistán y países de Asia y Oceanía;
por lo cual es para ellos prioritario implementar medidas que les permitan
garantizar el control potencial de los energéticos ubicados en América del
Norte, en medida de garantizar su propio suministro a la demanda interna y ser
los principales ofertantes y abastecedores de energéticos a escala mundial.
Por ende, la
renegociación del Tratado del Libre Comercio de América del Norte tiene en el
apartado de recursos energéticos, uno de los principales enfoques de interés
por parte de Trump y sus aliados. Busca con mucha claridad terminar con las
restricciones vigentes en el TLCAN cuando fue aprobado en noviembre de 1993 y entrar
en vigor el 1 de enero de 1994; debido a que el anexo 602.3[1] se reserva para el Estado
mexicano, incluyendo la inversión y la prestación de servicios, una serie de
actividades estratégicas; tal es el caso de la exploración y explotación de
crudo y gas natural, la refinación y el procesamiento de gas, así como la
petroquímica básica; entre otras actividades que imposibilitaban la
privatización abierta del sector energético mexicano.
Aunque esta situación
cambiaría si se modificase la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, tal y como ocurrió con la Reforma Energética de 2013; lo cual le da
entrada a los acuerdos comerciales del TLCAN en el marco de la inversión
privada en el sector energético mexicano. Ahora lo que requiere Estados Unidos
es plantear nuevas reglas comerciales dentro el TLCAN que le beneficien en
rubros como el de dicho sector.
No obstante, la tentación
de la privatización del oro negro mexicano, la electricidad y las energías
alternativas siempre ha estado en el tintero de las negociaciones y de las
presiones de Washington sobre el Gobierno de México; desde la aprobación del
TLCAN, se han promovido medidas dirigidas a conseguir tal propósito; tal es el
caso de la iniciativa de Reforma Energética impulsada por Felipe Calderón en
2008, la cual no pudo cumplir su cometido final de abrir totalmente a la
inversión privada el sector energético nacional, aunque sí dio pasos
importantes en este sentido. Y la iniciativa de Reforma Energética de Peña
Nieto del año 2013 que, en el marco del llamado Pacto por México, logro
aglutinar los votos necesarios en el Congreso de la Unión y aprobar en
definitiva la modificación al marco constitucional que permite la inversión
privada en el ramo.
Previo a la aprobación de
la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, con el aval del Congreso de la
Unión, el gobierno mexicano publicó el 2 de marzo de 2013 la llamada Estrategia
Nacional de Energía 2013 – 2027[2]; en la cual se planteaba
la necesidad de abrir a la inversión privada al sector energético so pretexto
de que esta estrategia “permitirá ser más competitivos, con lo que los
precios de los combustibles y las tarifas de la electricidad serán más
adecuados… y se logrará la disminución de las ineficiencias que hoy aquejan al
sector, de substituir el uso de combustibles caros para la generación de
electricidad por energías de menor costo como el gas natural, la
hidroelectricidad, o las renovables”[3].
En el trasfondo de éstas
medidas en realidad se encuentra el establecimiento de las condiciones
adecuadas para concretar la entrega de los recursos energéticos que se
encuentran en México a la explotación y comercialización de las empresas
trasnacionales; cuya etapa subsecuente en los intereses del gobierno de Trump
sea la adecuación de las reglas comerciales que beneficien a Estados Unidos,
especialmente a empresas trasnacionales de ése país, en un escenario de
renegociación del TLCAN.
Pero ¿Qué implicaría para
Estados Unidos el control de los recursos energéticos de México y de la región
que comprende el TLCAN, incluyendo sus lazos de colaboración con Canadá? En primera
instancia, representaría la posibilidad de concretar la autosuficiencia
energética plasmada en el “An America First Energy Plan” (Plan
Energético: Estados Unidos Primero)[4]; en el cúal también
se prevé la liberalización del sector al interior del propio país
norteamericano y disminuir la dependencia de las importaciones de
petróleo. Por otra parte, daría posibilidad de reposicionar su incidencia en la
geopolítica internacional. Prácticamente le representaría el manejo de las
redes de suministro de energéticos de las cuales dependería la demanda mundial hacia
20 años.
Si observamos la
tendencia de crecimiento poblacional en el mundo, veremos la existencia de zonas
estratégicas que en el futuro verán un incremento de la demanda de energéticos
y el control de ellos le provee a quien lo tenga un coto de poder, permitiendo así
consolidar una incidencia política y el manejo de las redes de
comercialización.
Así, a partir de los datos
del Banco Mundial en México[5]
al 2015 habitaban 127 millones de personas, en Canadá 35.9 millones y en
Estados Unidos 321.4 millones; lo cual da un total de 484.3 millones de
personas en la región del TLCAN. Y si en el mundo existen 7,346.6 millones
de personas, en ésta región habita el 7%
de la población mundial, una zona muy atractiva para la generación de negocios
privados con las riquezas energéticas de naciones como México.
Cuando trasladamos esta
mirada a otras latitudes en el mundo, observamos que la suma de población de la India, Indonesia, Pakistán,
encabezados por China, conforman una región que suma a 3,386.41millones de habitantes, casi la mitad de la
población mundial. Tomando en cuenta de entrada estos factores de densidad
poblacional, planteamos en la prospectiva que esta zona, junto con la del TLCAN, suman 3,870.41 millones de personas, lo
cual indica podrían convertirse en los mercados potenciales de oferta y demanda
de energéticos. Es más, solo India con
1,311.11 millones de personas y China
con 1,371.2 millones cada una tienen por su cuenta más población que el
conjunto de los países que conforman el TLCAN.
Por lo cual, el control
mayoritario de los recursos, genera un poder de dominio o, al menos, de
equilibrio sobre la zona. Principalmente con China quien ha mantenido un crecimiento
económico que ha puesto en jaque los intereses de Estados Unidos y de occidente.
En este tenor, la
posibilidad de una re negociación del TLCAN permite la oportunidad para que
México revierta los efectos negativos generados por este acuerdo desde el
enfoque de los intereses nacionales. La renegociación debe representar para nuestro
país su salida del TLCAN y construir la posibilidad de convertirse en un
verdadero actor político y económico en la región y en el sistema comercial en
el mundo; dejando de ser un mero espectador que legítima la lucha internacional
de los Estados Unidos por mantener una hegemonía en las decisiones del mundo
globalizado y neoliberal. Sobre todo si en rubros como el energético, se mide
correctamente el escenario de la oferta y la demanda mundial a futuro.
Es menester tener
claridad que el TLCAN es un acuerdo enfocado al fortalecimiento de los procesos
comerciales empresariales, más no prioriza la economía de los países, mucho
menos de México. Es decir, se trata de la generación de la máxima ganancia en
favor de empresas, principalmente trasnacionales, de quienes verdaderamente
depende la economía de mercado, ahí Trump y sus grupos de poder tienen
intereses.
México debe revertir sus
reformas, impulsar la nacionalización de los energéticos, potenciar su
desarrollo; a efecto de generar su independencia en el sector y volverse un ofertante
atractivo para el mundo.
ANTECEDENTE
(PROYECTOS ENERGÉTICOS DE LOS BUSH):
·
1990. Guerra
del Golfo, pretexto para que la texana Enron (con intereses de Bush), pudieran
impulsar proyectos energéticos en Medio Oriente, principalmente gaseoductos en
Afganistán de la cuenca del Mar caspio, rica en petróleo, hacia Asia Central. La Guerra del Golfo, a través de la operación tormenta
del desierto, fue llevada a cabo contra Irak el 2 de Agosto de 1990, como
respuesta a la invasión de Irak a Kuwait. Este último país era pro occidental y
el trasfondo era derrocar a los verdaderos obstáculos de Estados Unidos en la
región para impulsar sus planes energéticos. (Irak e Irán) en el primero
encontró el pretexto por la invasión y en el segundo no ha podido lograrlo aún
aunque le han acusado permanentemente de generar armas nucleares con el pretexto
de poder llevar a cabo la invasión.
·
2001. En
octubre de 2001 se dio la intervención militar en Afganistán por George W. Bush
(Hijo).
Dick Cheney fue CEO de Haliburton Corporation, un
proveedor de servicios de tubería en Texas. Como se informó en Le Monde, cabeza del nuevo gobierno
afgano, Hamid Karzai, anteriormente sirvió como un consultor UNOCAL. Sólo nueve
días después de la ascensión de Karzai, el Presidente Bush había nombrado otro
UNOCAL Consultor y ex talibanes defensor, Zalmay Khalilzad, su enviado especial
a Afganistán. En ese sentido, y aplicando shocks de
oferta, lo que busca el Plan Energético de Bush Hijo es desregular los
mercados, eliminar las barreras administrativas e algunas de ellas ideológicas,
como las ambientalistas o ecologistas que durante anos han creado restricciones
al funcionamiento eficiente de los mercados. En
ese particular, respecto del mercado de la energía, el informe Bush propone un
esquema para derrumbar las trabas administrativas, ambientales y políticas
creadas durante Carter a la energía nuclear; a las regulaciones ambientalistas
y administrativas que han originado entre otros la estrechez en la generación
de energía eléctrica por insuficiencia en la generación en California., por
ejemplo y la eliminación de las restricciones ambientales que limitan el
procesamiento y refinación de petróleo que han creado cuellos de botella en la
oferta de combustibles.
DATOS
GENERALES PAÍS:
·
AL 2015, hay 66,784 millones de personas en pobreza y pobreza extrema, es decir
el 55.7 de la población del país con base en información del CONEVAL.
·
Los precios del barril de petróleo ubicados
por arriba de los 100 dólares por uno suenan lejanos ahora que éste oscila
entre los 40 y los 20 dólares.
·
De
2000 a 2012, el país obtuvo del crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) 7 billones
753 mil 200 millones de pesos. Sin embargo, la gran
oportunidad que representó la captura de ese monto extraordinario se esfumó,
debido al despilfarro, la falta de rendición de cuentas, y el hecho de que
México nunca ha tenido una política energética integral o porque se ha manejado
dentro de una política de privatización de los recursos naturales.
·
Aunque el mercado petrolero es altamente dependiente de las
decisiones que toma la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP),
de la que México no es parte, los especialistas sostienen que aún con un barril que se vende a 40
dólares, se pueden obtener utilidades, pero debido al modelo de negocios
que crearon dos reformas energéticas, la
de 2008 y sobre todo la de 2013, gran parte del dinero lo reciben empresas
privadas que operan con Pemex a través de concesiones.
·
Enrique
Peña Nieto recibió un barril de
petróleo que se mantenía en 105.89 dólares. Durante su primer año de
administración se mantuvo en 100 y después pasó a 87.22 dólares, para prolongar
su caída a 43.58 dólares promedio en 2015. Incluso un barril de petróleo llegó a costar 18 dólares.
·
PEMEX: 2015,
enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV),
tuvo un pérdida neta fue de 97.7 por ciento en las acciones, es decir 521
mil 607 millones de pesos. Esa cifra, en 2014, fue de 263 mil 819 millones de
pesos. Desmantelamiento.
DATOS ESTADOS UNIDOS
Y MÉXICO:
·
Estados Unidos autorizó este
viernes a la canadiense TransCanada a construir el oleoducto binacional
Keystone XL, que había sido bloqueado por cuestiones ambientales por el
gobierno de Barack Obama. Keystone XL atravesará unos 500 kilómetros de
territorios canadienses desde Alberta y unos mil 400 dentro de Estados Unidos
hasta refinerías en el golfo de México. El titular de la diplomacia
estadunidense, Rex Tillerson, ex jefe del gigante petrolero ExxonMobil, no
participó en la decisión luego de dar un paso al costado ante denuncias de
conflictos de interés en el asunto. Los grupos ecologistas concentraron
entonces sus críticas en el tipo de petróleo transportado: las arenas
bituminosas de Alberta requieren una extracción que demanda mucha energía y que
produce un gran volumen de gases de efecto invernadero. La firma apuesta a este
oleoducto para transportar el petróleo canadiense hacia nuevos mercados. Los actuales ductos están saturados y los
productores canadienses de hidrocarburos pretenden con este proyecto enviar
petróleo hasta las refinerías del Golfo de México, desde donde podrá ser
luego exportado a otros países.
· Para el titular vitalicio del Grupo Carso (Telmex,
América Móvil, Grupo Financiero Inbursa, Compañía Minera Frisco, etcétera) y
accionista mayoritario del diario The
New York Times −quien
el 17 de diciembre pasado se reunió en privado con Trump en Florida. Miembro de
la élite liberal desterritorializada que se benefició del programa de
globalización capitalista militarizado y rapaz impulsado por la administración
Obama, Slim sabe que el trumpismo en una
extensión del neoliberalismo por otros medios. Slim −cuya fortuna junto con la de los
multimillonarios Germán Larrea (Grupo México), Alberto Bailleres (Grupo
Peñoles) y Ricardo Salinas Pliego (Tv Azteca) representa 9 por ciento del PIB mexicano.
·
A corto plazo, el Plan
energético Estados Unidos primero, diseñado para la
eliminación virtual de todo impedimento a la explotación de petróleo, gas
natural y carbón, arroja ominosas sombras extraterritoriales sobre México. En ese
contexto, la revelación de un plan de negocios entre la subsidiaria mexicana de
la empresa Energy Transfer Partners −de
la que el magnate neoyorquino y su secretario de Energía y ex gobernador de
Texas, Rick Perry, fueron socios hasta hace poco− con la firma Carso Energy,
del Grupo Carso de Slim, para vender gas a la Comisión Federal de Electricidad,
podría explicar por qué, para el magnate mexicano, pese a su utopía regresiva, Trump no es Terminator, sino Negotiator y representa un gran cambio en la forma de hacer
política y de gobernar.
·
Cuando trasladamos esta mirada a otras
latitudes en el mundo, observamos casos como el de India quien hacia 2015 tenía 1,311.11 millones de personas, 826.81
millones de personas más que la región del TLCAN; y si conjuntáramos la
población de India con la de Indonesia (257.6 millones de habitantes),
tendríamos que en esa región habría una densidad poblacional de 1,568.71
millones de personas. En el caso de China
cuenta con 1371.2 millones de personas, 886.9 millones de personas más que la
misma región del TLCAN. Tomando en cuenta de entrada estos factores de
densidad poblacional, planteamos en la prospectiva que esta zona, junto con la
del TLCAN, se convertirán en los mercados potenciales de oferta y demanda de
energéticos.
·
Entre China,
India, Indonesia y Pakistán conforman una región cuya demanda de energéticos
recae en una densidad poblacional de 3,128.81 millones de personas y si se
conjunta con otros países de Asia y del Norte de Oceanía, ahí se concentra la
mitad de la población mundial. (Diferencia con el total de población
mundial es de 4,217.79 millones de
personas)
*Ponencia Presentada en el Seminario ¿Qué Hacer con el TLCAN? organizado por la Escuela de Contabilidad y Administración Pública "Leona Vicario" el 29/03/2017
[1] Véase Tratado del
Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés).
http://www.sice.oas.org/Trade/nafta_s/Indice1.asp
[2] Véase Estrategia
Nacional de Energía 2013 – 2027
[3] Boletín de prensa
del Gobierno de México: http://www.gob.mx/sener/prensa/estrategia-nacional-de-energia-palanca-para-el-desarrollo-con-tarifas-equilibradas.
[4] Véase An America
First Energy Plan: https://www.whitehouse.gov/america-first-energy.
[5] Datos de población
en el mundo del Banco Mundial: http://datos.bancomundial.org/
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